Esta semana hemos querido analizar una rueda de prensa que tuvo lugar en la Fnac de Valencia con motivo de la presentación de un libro. Vamos a analizar las carencias y los errores de un acto que hemos calificado como ‘apretujado’. Se trata de la presentación de libro ‘La economía a la intemperie’, de Ediciones Deusto. Esta presentación se anunció por redes sociales (en otra ocasión hablaremos de cómo planificar y ejecutar la misma a través de las RRSS). El acto se celebró el pasado 2 de mayo y a él asistieron Álvaro Anchuelo (primero por la izquierda según mira el lector), Andrés González (ocupa la posición ‘2’, es decir segundo por la derecha según mira el lector), Roger Domingo (primero por la derecha) y Cristina Seguí (segunda por la izquierda, aunque sea obvio aclararlo al tratarse de la única mujer en la mesa).

Primero abordaremos las precedencias. Es decir, están sentados en el lugar que les corresponde en la mesa. Cristina Seguí ocupa la posición ‘1’ en la mesa en tanto que ejerce de conductora y presentadora de este acto. De anfitriona, vaya. Bien. Andrés González, coautor del libro, la posición ‘2’. Bien. No obstante, Álvaro Anchuelo y Roger Domingo debieran haber permutado sus posiciones, pues entendemos que la importancia de la editorial es mayor que la del especialista en economía al que se ha invitado a la mesa.

Dicho todo lo cual, analizamos el resto de la ‘foto’. Lo primero que llama la atención es la mesa. O es muy pequeña o sobran ponentes. Ese mobiliario es para dos personas (a lo sumo tres, pero incluso para tres parecería apretado). Da la sensación que los ponentes están apretujados. No traslada sensación de orden y espacio bien estructurado. Por otro lado, la FNAC sobrecarga de elementos corporativos el lugar. Con los tres carteles de atrás, el ‘tiro de cámara’ ya captura su presencia corporativa. No hace falta más. Tan malo es no informar de quiénes somos (donde se ha celebrado el acto, en esta ocasión) como saturar de nuestra imagen corporativa. Los carteles de la mesa, además, saturan una superficie ya de por sí recargada (tres micros, un ordenador, el libro ¡¡lo realmente importante!!).

Más elementos de la mesa: el agua. Sólo dos botellas. ¿Los otros dos ponentes están castigados? Lo ideal hubiera sido sus correspondientes vasos y posavasos, pero tampoco nos pondremos muy estrictos dado el tipo de acto. Las gafas de sol del coautor mejor hubieran estado en su bolsillo dado que ocupan un espacio más visible que el propio libro que se presenta. Alguien tenía que habérselo dicho. En cuanto a los micrófonos, el último elemento que analizaremos de la superficie de la mesa, hubiera sido aconsejable micrófonos inalámbricos para oxigenar el espacio. En caso de no ser posible y dada las reducciones reducidas de la mesa, un solo micrófono hubiera bastado.

Vayamos ahora a la parte frontal de la mesa. Está descubierta. Siempre debemos evitar esto. Y en el caso que nos ocupa vemos uno de los motivos por lo que el protocolo recomienda esto. Cristina Seguí lleva falda. Consciente de ello, estuvo atenta y demostró sus buenas maneras para evitar un ‘remake`de la famosa secuencia de ‘Instinto básico’. Menos mal. De igual modo queda a la vista el calzado de los hombres, sus movimientos (o no) nerviosos de piernas, etc. Todo ello esto ya distrae a los asistentes y les aleja de lo que realmente importa aquí: la presentación del libro. Una frontal en la mesa hubiera servido, además, para tapar los cables, que se hubieran insertado por el interior de la mesa.

Finalmente, dos detalles más. Uno, el de las sillas. Todas ellas deben ser iguales y aquí parece que dos son ‘de un padre y una madre’ y las otras dos de otros. Unas llevan reposabrazos y otras no. Y otro, el tema de los enchufes al fondo de la sala. Un  elemento de decoración (planta, jarrón, etc) o corporativo solventaría ese rincón demasiado aparente y algo deslucido.

Esperamos que os haya servido y no dudéis en contactar con nosotros para el adecuado diseño y preparación de ruedas de prensa y demás actos corporativos.